Este jueves 18 de julio, el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil se reunirá para determinar un nuevo piso salarial y establecer los montos mínimos y máximos de la prestación por desempleo. Este encuentro se produce en un contexto donde el salario básico se encuentra en su nivel más bajo de los últimos 30 años.
La reunión, que incluye la participación de gremios, empleadores, el Estado nacional y los gobiernos provinciales, se desarrollará en dos etapas. Primero, se llevará a cabo una discusión técnica en comisión para elevar una propuesta de actualización, seguida de la sesión plenaria ordinaria del Consejo del Salario, donde se debatirá la propuesta central.
El último cónclave tuvo lugar a fines de abril en la Secretaría de Trabajo, sin lograr un acuerdo. El Gobierno decidió entonces un aumento del 15% en el salario mínimo en dos tramos: de $202.800 a $221.052 en abril y a $234.315,12 en mayo para trabajadores mensualizados, y de $1.014 a $1.105,26 y luego a $1,171,58 para empleados jornalizados.
A pesar de estos incrementos, el poder adquisitivo del salario mínimo ha caído significativamente. Según un informe del Centro de Investigación y Formación (CIFRA) de la Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA), el poder de compra actual del salario mínimo es 32,1% menor que en noviembre del año pasado. Los aumentos nominales sumaron 60,5% desde noviembre de 2023, mientras que la inflación acumulada superó el 136% en el mismo período.
El CIFRA destacó que el salario mínimo real en 2024 es 53,1% menor que en 2015 y se encuentra en su nivel más bajo de las últimas tres décadas, incluso inferior al de la década de 1990. Esta situación ha llevado a que el salario mínimo pierda su rol como piso salarial, con un poder de compra insuficiente para cubrir la canasta básica de alimentos y la canasta de pobreza.
El análisis del CIFRA también señaló que el salario mínimo actual solo permite adquirir el 56,8% de la canasta básica de alimentos y el 25,6% de la canasta de pobreza para una familia tipo, cifras comparables a las de la crisis de 2001/2002. Si el salario mínimo no hubiese perdido poder de compra desde 2015, en julio de 2024 debería haber sido de aproximadamente $540.000, lo que representaría más del 143% de la canasta básica alimentaria.
En este contexto, los gremios buscarán un aumento que compense la inflación y la pérdida de poder adquisitivo. Si no se logra un acuerdo, el Gobierno intervendrá para definir el aumento, como en las dos reuniones anteriores de este año.
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