El presidente de la Nación, Javier Milei, se presentó este viernes en el acto por el 140° aniversario de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), una institución clave en el mercado de granos de Argentina. Este evento estuvo marcado por la presencia de altos funcionarios, incluyendo al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y el intendente de Rosario, Pablo Javkin, quienes se unieron al titular de la BCR, Miguel Simioni, para conmemorar este hito.
Horas antes del acto, la ciudad de Rosario fue sacudida por una amenaza de bomba dirigida al mandatario. A pesar de la tensión y el riesgo, Milei decidió continuar con su agenda y asistir al evento, demostrando una vez más su firmeza ante las adversidades. Esta decisión reforzó su imagen de líder decidido y comprometido con sus principios, incluso en situaciones de alta presión.
El evento comenzó con las palabras de Miguel Simioni, presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario. En su discurso, Simioni abordó uno de los temas más críticos para el sector agropecuario: la alta presión impositiva, con especial énfasis en las retenciones. Hizo hincapié en la necesidad de revisar las políticas internas que afectan negativamente a los productores y empresas del sector, especialmente en un contexto de precios internacionales en caída.
Simioni reiteró su pedido de avanzar hacia la reducción de los derechos de exportación, un tema recurrente en la agenda del agro, señalando que es esencial para la competitividad del sector. Según el dirigente, la situación actual del precio de la soja, similar al de 2006, subraya la urgencia de implementar cambios significativos en las políticas fiscales que impactan a los productores.
El presidente Milei, fiel a su estilo, utilizó su intervención para reafirmar su compromiso con la reducción de impuestos y la implementación de reformas estructurales. Aunque se encontraba en un evento clave para el mercado agropecuario, Milei evitó hacer referencia directa al sector, centrándose en cambio en su plan general para transformar la economía argentina.
En un tono desafiante, Milei declaró: “Voy a bajar los impuestos. ¿O creen que se lo voy a dejar gastar a los políticos?”. Esta frase encapsula su postura de combatir lo que él denomina «la casta política», un grupo al que acusa de perpetuar la crisis económica del país.
Milei también aprovechó la oportunidad para criticar la reciente aprobación de una ley de aumento de jubilaciones por parte del Senado, la cual consideró inviable y populista. Explicó que vetó dicha ley para evitar un «impuesto inflacionario» que, en su opinión, solo perpetuaría la miseria de las futuras generaciones.
Uno de los puntos más destacados del discurso de Milei fue su promesa de transformar a Argentina en «el país más libre y próspero del mundo». Según el mandatario, su gobierno tiene pendientes 3.200 reformas estructurales que, de implementarse, cambiarán radicalmente el rumbo del país. Además, defendió las medidas tomadas hasta el momento, afirmando que ya han logrado una mejora en los salarios reales y un rebote en la economía.
Milei concluyó su discurso reafirmando su compromiso de no ceder ante la «casta política» y continuar con su agenda de reformas, a pesar de las críticas y los obstáculos. Sus palabras resonaron en un auditorio lleno de empresarios y políticos que, aunque divididos en sus opiniones, no pudieron evitar reconocer la determinación del presidente en su misión de cambiar Argentina.
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