La bajante que está experimentando el río Paraná podría extenderse durante todo el invierno, según los pronósticos del Instituto Nacional del Agua (INA). En el último mes, el nivel del río ha descendido 1,5 metros, de acuerdo con las mediciones realizadas por la Prefectura en el Puerto de Santa Fe. La falta de lluvias en la cuenca alta sugiere que esta situación se prolongará, al menos, hasta agosto.
Este es el panorama que prevén los profesionales del INA. Juan Borus, responsable del área de pronósticos del organismo, explicó a La Capital que «si se observan los mapas acumulados de lluvia en la región formadora del río Paraná, más de la mitad de la región ha recibido muy pocas precipitaciones en las últimas tres semanas».
Situación del río Paraná en Santa Fe
Este martes, en el Puerto de Santa Fe, el río Paraná presentó una altura de 1,46 metros, por debajo del promedio para esta época del año. El cambio ha sido significativo; hace poco tiempo, el río tenía aguas extremadamente altas (a principios del verano pasado alcanzó casi los 6 metros, superando el nivel de evacuación), pero ahora se enfrenta a una notable disminución del caudal, fenómeno que comenzó a principios de este otoño.
El Paraná se alimenta de las lluvias en Brasil y Paraguay, explicó Borus, mencionando que se trata de una enorme cuenca de 2,5 millones de kilómetros cuadrados. En una gran parte de esa región, ha llovido muy poco, con apenas algunos eventos aislados, lo que ha contribuido al «marcado descenso» del nivel del río.
Según Borus, la altura del Paraná seguirá descendiendo. «Con la propagación de este leve aumento en la cuenca misionero-paraguaya, podríamos ver una estabilización a mediados del invierno, aunque siempre en niveles bajos».
Comparación con bajantes históricas
La última gran bajante del Paraná ocurrió hace cuatro años. Entre 2020 y 2023, el río experimentó un fenómeno histórico que afectó la navegación, la generación de energía eléctrica, la potabilización de agua y la fauna ictícola, entre otros aspectos.
Borus señaló que “el escenario actual es muy similar al de marzo de 2020 – 2021, en términos de niveles”, aunque aún hay incertidumbres sobre cómo evolucionará la situación. «Mi impresión es que este período de bajante será más corto y no tan intenso como en esos tres años, cuando el río estuvo en niveles extremadamente bajos», explicó.
Por lo tanto, es probable que durante todo el invierno el río mantenga niveles bajos, pero no tan extremos como los del período 2020-2023. También es posible que la situación se revierta y los niveles se recuperen hacia la primavera.
Este miércoles, los profesionales del INA mantendrán una reunión de trabajo con especialistas del Servicio Meteorológico Nacional para actualizar las tendencias climáticas y los pronósticos hidrométricos.
«Con esta reunión, podremos obtener más información. Sin embargo, lo que estamos observando sugiere una persistencia de aguas bajas, con un posible repunte a corto plazo debido a las lluvias en la región paraguaya del río, seguido de un nuevo descenso, aunque menos pronunciado que en 2020», concluyó Borus.
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