La visita del presidente Javier Milei a Rosario, en el marco del 140° aniversario de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), ha generado expectativas, aunque con un aire de escepticismo. La comunidad empresarial y los actores del sector agroexportador se encuentran en vilo, esperando señales claras sobre el futuro de la Hidrovía Paraná-Paraguay, una arteria vital para la economía argentina. Sin embargo, las acciones y decisiones del gobierno parecen estar lejos de ofrecer las certezas que el país necesita.
La Hidrovía Paraná-Paraguay no es solo una vía navegable; es el corazón por donde circula el 80% de la producción exportable del país. Con más de 700 kilómetros bajo su jurisdicción, la provincia de Santa Fe se ve directamente afectada por cada decisión relacionada con esta infraestructura crítica. Sin embargo, el gobierno de Milei ha mostrado una preocupante falta de claridad y firmeza en la definición de la licitación que debería asegurar su futuro. La creación de una «mesa de diálogo» para usuarios y provincias parece ser más un gesto vacío que una solución concreta. Sin la reinstauración del Consejo Federal de Hidrovía y el Ente de Control y Gestión, se diluyen las posibilidades de una verdadera gobernanza participativa y efectiva.
El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, ha intentado hacerse oír, exigiendo un papel protagónico para la provincia. Pero hasta ahora, sus esfuerzos no han logrado mover la aguja en un gobierno que parece más interesado en eludir responsabilidades que en asumirlas.
Desde la finalización de la concesión original en 2021, la Hidrovía ha sido objeto de un proceso de prórrogas y parches que solo han agravado la incertidumbre. Los actores de la agroexportación han esperado en vano un nuevo pliego que refleje sus demandas y garantice la eficiencia de la vía navegable. Pero lo que obtienen son promesas vagas del gobierno, con Milei incluso aventurándose a fijar el fin de año como una posible fecha para la licitación. ¿Es esto una verdadera intención de avanzar o simplemente una táctica dilatoria?
El discurso del presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Miguel Simioni, reflejará esta incertidumbre. Aunque los usuarios de la hidrovía mantienen un canal de comunicación abierto con las autoridades nacionales, no hay señales de que esto se traduzca en acciones concretas. Y mientras tanto, la provincia de Santa Fe y otros actores regionales permanecen a la espera de una respuesta que tal vez nunca llegue.
El modelo de contratación propuesto, una licitación internacional de concesión de obra pública por peaje a riesgo empresario, no es nuevo. Ha sido el estándar durante más de 25 años, y aunque ha demostrado ser funcional, ya no puede considerarse como la solución definitiva. Sin embargo, el gobierno de Milei parece dispuesto a perpetuar este esquema sin considerar alternativas más innovadoras o inclusivas.
La decisión de derogar el decreto 949/20, que otorgaba al Ministerio de Transporte la facultad de licitar y adjudicar la traza principal, para transferir esta responsabilidad a la Secretaría de Puertos y Vías Navegables, es un movimiento que plantea más preguntas que respuestas. ¿Será esta dependencia capaz de gestionar un proceso de licitación que satisfaga las necesidades del país y no solo las de un grupo selecto?
El Sector Privado en Alerta
El sector privado, por su parte, ha intentado colaborar presentando estudios y análisis que podrían mejorar la eficiencia y viabilidad de la Hidrovía. Pero sus esfuerzos han sido ignorados sistemáticamente. La propuesta de aumentar el peaje en un 40% en dólares, impulsada por la Administración General de Puertos (AGP), es un ejemplo claro de cómo se priorizan los intereses fiscales por encima de las necesidades de los usuarios. Este aumento, que ya cuenta con el aval de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, solo agravará la situación financiera de los exportadores, sin ofrecer mejoras tangibles en la infraestructura.
La visita de Javier Milei a Rosario podría haber sido una oportunidad para calmar las aguas y mostrar un compromiso real con el desarrollo de la Hidrovía Paraná-Paraguay. En cambio, se ha convertido en un recordatorio más de las promesas incumplidas y la falta de visión estratégica que caracteriza su gobierno.
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