
La bronca crece entre vecinos y trabajadores de la región tras conocerse que la empresa Tata Rápido eliminó, sin previo aviso ni explicaciones claras, varios horarios claves del transporte interurbano que une Puerto Gaboto y Maciel.
Según los nuevos cronogramas publicados por la empresa desde ayer, ya no figuran los recorridos Gaboto–Maciel de 04:50, 09:20, 13:05 y 22:25, ni el servicio Maciel–Gaboto de 10:15. Se trata de frecuencias fundamentales para cientos de usuarios que dependen del colectivo para llegar a sus trabajos, centros de salud, escuelas y trámites básicos.
Un recorte que golpea a trabajadores y a toda la comunidad
La decisión generó un fuerte malestar social. Entre los principales afectados se encuentran trabajadores de la salud, empleados del cordón industrial y vecinos en general, que ven restringido su derecho a movilizarse. Muchos de esos horarios coincidían con ingresos y egresos laborales, turnos médicos y necesidades cotidianas imposibles de resolver sin transporte público.
“Esto no es un lujo, es un servicio esencial”, repiten los usuarios, que denuncian que la empresa actúa a su conveniencia, sin controles efectivos ni sensibilidad social.
Transporte público bajo lógica de monopolio
La indignación también apunta a un problema estructural: Tata Rápido concentra la mayoría de las rutas de la región, lo que en la práctica configura un monopolio del transporte interurbano. Esa posición dominante, sostienen los vecinos, le permite manejar precios y horarios , dejando a pueblos enteros prácticamente aislados.
“El transporte público no puede regirse solo por la rentabilidad. Es un derecho y una obligación del Estado garantizarlo”, remarcan desde distintos sectores afectados.
Juntan firmas y exigen respuestas urgentes
Ante la falta de respuestas, los usuarios decidieron pasar a la acción. Se está impulsando una nota formal dirigida tanto a la empresa como a la comuna local, exigiendo la reincorporación inmediata de los horarios suspendidos.
Además, se inició una juntada de firmas que ya suma adhesiones. Las planillas están disponibles en la pollería “El Cule 1 y 2” y en el kiosco “Vandy”, donde cualquier vecino puede acercarse a firmar.
El reclamo: transporte público, no un negocio discrecional
La eliminación de estos servicios volvió a poner en debate el rol del transporte público en localidades del interior, donde no existen alternativas reales. La sensación general es de abandono e impotencia, frente a una empresa que decide y una ausencia de controles que deja a la gente rehén de un sistema que debería estar al servicio de la comunidad.
Mientras tanto, el reclamo sigue creciendo: que vuelvan los colectivos, que se respeten los horarios y que el transporte público deje de ser tratado como un privilegio y no como un derecho básico.
FUENTE: VANGUARDIA FM








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