La reciente muerte de Andrés «Pillín» Bracamonte, líder histórico de la barra brava de Rosario Central, ha generado un profundo impacto en Rosario. Tras ser asesinado junto a su compañero Raúl Daniel “Rana” Attardo en un ataque a balazos cerca del estadio Gigante de Arroyito, su cuerpo permanece en el Instituto Médico Legal (IML) debido a la negativa de cocherías y cementerios locales a recibir sus restos, invocando motivos de seguridad.
Negativa de cocherías y cementerios
Desde el momento en que su cuerpo fue puesto a disposición de la familia, el Instituto Médico Legal no ha recibido solicitudes para su retiro. En un primer momento, se consideró realizar el velorio en la cochería Caramuto, opción que finalmente fue descartada. La situación es la misma con otras funerarias de la ciudad, que han decidido no aceptar el cuerpo de Bracamonte debido a temores de seguridad ante la figura conflictiva y polarizante del exlíder barrabrava. Además, el cementerio El Salvador se negó a admitir sus restos, una medida sin precedentes en casos similares en Rosario.
Opciones para el traslado del cuerpo
Ante la imposibilidad de velarlo en Rosario, la familia de Bracamonte planteó la opción de la cremación, pero la Justicia rechazó esta alternativa, argumentando que el cuerpo debe permanecer disponible para futuras investigaciones. Otras alternativas incluyen el traslado a Ybarlucea, la localidad donde residía, aunque aún no hay confirmación de que algún cementerio o cochería acepte la responsabilidad.
Un crimen que sacude a Rosario
El asesinato de Pillín Bracamonte, a sus 53 años y tras 26 años al frente de la barra brava de Rosario Central, ha desatado múltiples teorías sobre los posibles autores y motivos. Bracamonte sobrevivió a múltiples atentados en el pasado y era una figura vinculada a diversos conflictos dentro y fuera del ámbito del fútbol, con causas judiciales por violencia de género, lavado de dinero y extorsión. En su última entrevista pública, el exlíder de la barra afirmó que su vida estaba en peligro debido a conflictos con una banda criminal, Los Menores.
Implicancias de la muerte de Bracamonte en el crimen organizado
La muerte de Bracamonte abre un complejo escenario en el ámbito del crimen organizado en Rosario. En una ciudad donde las disputas entre bandas han causado una escalada de violencia, este asesinato podría marcar un nuevo capítulo en la reconfiguración del control territorial y de las estructuras criminales. La investigación, a cargo del Ministerio Público de la Acusación, se enfoca en determinar si su muerte fue una venganza o un ajuste de cuentas más elaborado, posiblemente vinculado a cambios en el control de actividades ilícitas en la ciudad.
Hipótesis en la investigación
Por ahora, la Fiscalía ha mantenido la cautela y evita priorizar públicamente alguna de las posibles hipótesis. Los fiscales manejan múltiples líneas investigativas, que incluyen desde una venganza personal hasta un movimiento estratégico en la dinámica del crimen organizado. La investigación también analizará los vínculos y negocios que Bracamonte tejió a lo largo de su vida como líder barrabrava y empresario, siendo investigado en diversas causas por delitos económicos.
Un futuro incierto para la seguridad en Rosario
La muerte de Bracamonte y las respuestas del crimen organizado podrían derivar en un nuevo brote de violencia en Rosario. En este contexto, el Ministerio de Seguridad deberá tomar medidas preventivas para evitar una escalada en la violencia urbana que afecte a la población y que, según fuentes policiales, podría extenderse a otros sectores de la ciudad y generar conflictos internos en el ámbito de la barra brava de Rosario Central.
Este crimen marca un momento de inflexión en la historia de la barra brava y plantea desafíos para la seguridad pública en Rosario.
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