Este lunes por la tarde, la asamblea de delegados y delegadas de los docentes de escuelas privadas, nucleados en Sadop, concluyó sin una postura unificada sobre la oferta salarial presentada por el gobierno provincial. La seccional Santa Fe rechazó la propuesta, mientras que Rosario la aceptó, lo que llevó a la convocatoria de un Congreso Provincial este martes para intentar unificar la decisión.
Pedro Bayúgar, representante de Sadop, explicó que «en términos generales hay mucho descontento en cuanto a lo que significa la oferta por sí misma y lo que implicaría aceptar o rechazar sin condicionamiento en este momento». Según Bayúgar, existe un ánimo de continuar las negociaciones en busca de una propuesta mejorada, aunque reconoció que «no hay mucho ánimo de hacer paro» y subrayó la necesidad de unificar las diferencias entre Rosario y Santa Fe.
Mientras tanto, en Amsafé, el ambiente es de resistencia y firmeza ante las medidas punitivas del gobierno de Pullaro. Tras el anuncio del paro de 24 horas para este miércoles y el rechazo de la propuesta paritaria presentada el 31 de julio, el gobierno provincial adelantó que descontará el día a los docentes que se adhieran a la huelga. Rodrigo Alonso, secretario general del sindicato, respondió contundentemente: «En el último paro, el gobierno hizo lo mismo y tuvo un 90% de adhesión. Si el gobierno cree que nos va a amedrentar, no es así. Debe preocuparse por mejorar la propuesta».
Alonso recordó que en las negociaciones de abril y mayo se aceptó una oferta a pesar de ser «insuficiente». En esta ocasión, el sindicalista esperaba que el gobierno presentara propuestas alineadas con la realidad económica que atraviesa el país. La estrategia del gobierno de Pullaro, basada en descuentos y amenazas, no hace más que evidenciar su desconexión con las necesidades y expectativas de los docentes.
Es claro que el descontento entre los maestros no se limita solo a los términos salariales, sino también a la actitud intransigente del gobierno provincial. La gestión de Pullaro, al recurrir a medidas punitivas en lugar de abrir un diálogo constructivo, demuestra una falta de voluntad política para resolver los conflictos educativos de manera justa y equitativa. En este escenario, los docentes de Santa Fe y Rosario se encuentran en una encrucijada, buscando una voz unificada y una propuesta que realmente refleje sus demandas y necesidades.
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