La parroquia San Jerónimo de Coronda, liderada por el padre Sergio Capocetti, enfrenta una situación crítica debido al significativo aumento en el costo de la energía. Este incremento ha colocado a la comunidad parroquial en una posición difícil, obligando al párroco a iniciar una colecta para poder cubrir la exorbitante factura de luz que, en el último mes, ha alcanzado los 160 mil pesos.
La dura realidad de los aumentos: Facturas impagables
El padre Capocetti ha sido claro al describir la situación: “Nos pasó lo que le pasó a todos en Santa Fe. La factura de luz se triplicó; no el consumo, sino el costo”. Este problema no es exclusivo de la parroquia; es un reflejo de una crisis energética que afecta a gran parte de la provincia y que ha generado una profunda preocupación en diversos sectores de la sociedad.
Además del incremento en la tarifa de la luz, la parroquia también debe hacer frente a otros gastos esenciales, como el gas, el agua potable, y el seguro del auto que pertenece a la institución. Estos costos, combinados con la disminución en las donaciones que se reciben durante las misas, han llevado a la parroquia a una situación económica insostenible.
El contexto económico y su impacto en las colectas
La realidad económica que atraviesa la comunidad es otro factor que agrava la situación. El poder adquisitivo de los fieles se ha visto gravemente afectado, lo que ha tenido un impacto directo en las colectas que la parroquia solía recibir. Como bien señaló el padre Capocetti, “la gente está teniendo un poder adquisitivo muy achicado. Todos, empleados y jubilados, ven que no les alcanza. Y la colecta, en un escenario así, es lo último”.
Esta disminución en las donaciones ha forzado a la parroquia a buscar nuevas maneras de recaudar fondos. La venta de tortas fritas los domingos, una tradición que se ha convertido en una necesidad, es uno de los esfuerzos más visibles de la comunidad para paliar la crisis. Los miembros de la parroquia se organizan cada semana para vender estos productos, esperando que la solidaridad de quienes pasean por la plaza y la Costanera les ayude a cubrir los costos energéticos.
La realidad de los miembros de la parroquia: Sin sueldo y confiando en la comunidad
Es importante destacar que, a diferencia de lo que algunos podrían pensar, los miembros de la parroquia no reciben un sueldo ni cobran por los sacramentos o certificados. Esta es una labor realizada con entrega y dedicación, confiando siempre en la buena voluntad de la comunidad para sostener las necesidades básicas de la parroquia.
El padre Capocetti ha sido enfático en aclarar que no existe un lucro personal en estas actividades. La parroquia depende enteramente de las donaciones y la colaboración de los fieles, y en estos tiempos difíciles, esa colaboración es más crucial que nunca.
Medidas de ahorro: Ajustes necesarios ante la crisis
Ante la imposibilidad de afrontar los crecientes costos energéticos, algunas parroquias han optado por medidas de ahorro drásticas. Un ejemplo es la reducción del uso de la iluminación, como lo mencionó un cura de Rosario, quien decidió que a partir de esta semana solo se encenderá la mitad de las luces en su parroquia. Aunque estas medidas pueden parecer pequeñas, representan un esfuerzo significativo para reducir los costos y mantener las puertas abiertas.
El padre Capocetti ha mostrado su comprensión y apoyo a estas medidas, reconociendo que cada parroquia debe adaptarse a sus circunstancias y buscar soluciones que les permitan continuar su labor pastoral sin comprometer el bienestar de la comunidad.
Un subsidio insuficiente: La realidad de los apoyos gubernamentales
Otro punto crucial que ha mencionado el padre Capocetti es el limitado subsidio que la parroquia recibe en la boleta de luz. Aunque este apoyo existe, es claramente insuficiente para cubrir los costos reales que enfrenta la parroquia. Además, es importante destacar que la parroquia no paga el impuesto inmobiliario de la provincia ni la tasa municipal, lo cual, aunque alivia en cierta medida las cargas financieras, no resuelve el problema de fondo: el exorbitante costo de la energía.
Un llamado a la solidaridad: La comunidad Como pilar
En este contexto, el llamado a la solidaridad es más urgente que nunca. La parroquia San Jerónimo de Coronda necesita el apoyo de toda la comunidad para poder seguir funcionando. Cada donación, cada torta frita comprada, es un paso hacia la solución de una crisis que afecta no solo a la parroquia, sino también a la identidad y cohesión de la comunidad.
El padre Capocetti y los miembros de la parroquia confían en que, con el apoyo de todos, lograrán reunir el dinero necesario para pagar la factura de luz y continuar su labor espiritual y social en Coronda. Esta situación es un reflejo de los desafíos que muchas instituciones religiosas enfrentan en todo el país, y destaca la importancia de la solidaridad y el compromiso comunitario en tiempos de crisis.
El futuro de la parroquia depende de la capacidad de la comunidad para unirse y superar esta prueba. La fe, el esfuerzo conjunto y la buena voluntad serán las claves para mantener viva la llama de San Jerónimo en Coronda.
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