La idea de convertir la Convención Constituyente que comenzará el lunes próximo a reescribir la Carta Magna santafesina en un espacio de construcción de consensos viene, por ahora, trabada: el acuerdo sobre un tema imprescindible para empezar el trabajo, el reglamento de funcionamiento del cuerpo, está lejos.

Este lunes al mediodía representantes de Unidos se reunirán con el PJ, aunque referentes del oficialismo creen que el encuentro servirá para que cada sector exprese sus posiciones, no para cocinar ya el acuerdo.
El sector que expresa al peronismo oficial, Más para Santa Fe, reunirá primero a sus convencionales para tratar de resolver sus propias diferencias internas. Una de ellas es si el bloque lo encabezará el rosarino Juan Monteverde o el senador provincial Rubén Pirola.
La lógica sería que después de un triunfo resonante como el que obtuvo en Rosario el 29 de junio el líder del sector sea el concejal de Ciudad Futura. Pero los senadores creen que son ellos quienes deben conducir la bancada por el perfil netamente opositor de Monteverde y la necesidad de, además de conservar espacios de poder, tener al frente del bloque a alguien que garantice una convivencia lógica con un oficialismo.
Una salida que vislumbran los representantes departamentales es que Monteverde se quede con la vicepresidencia primera de la Convención que va a presidir el senador radical Felipe Michlig.
En cuanto al reglamento en sí, los constituyentes votarán una adaptación del que rige el funcionamiento de la Cámara de Diputados para poder utilizarlo en la Convención. Eso exigiría una mayoría calificada de dos tercios, lo que implica que el oficialismo va a necesitar de una parte de la oposición para aprobarlo.
La aprobación de la Constitución
Un punto en discusión es el de las mayorías necesarias para aprobar los artículos de la Constitución. Más para Santa Fe pretende que sea con dos tercios de los convencionales. En tanto, La Libertad Avanza exige que el número para alcanzar quórum sea 36 convencionales y no 35. Argumenta que sobre 69 convencionales la mitad más uno es 35,5, por lo tanto deberían exigirse 36 voluntades para abrir una sesión.
La integración de comisiones es otro punto espinoso. Todo indica que serán entre cinco y seis, incluida la comisión Redactora.
Una cosa a negociar con el peronismo es si ese sector presidirá alguna de las comisiones. La idea de Unidos es que las comisiones concentren el grueso del trabajo y haya pocos plenarios para aprobar lo que de allí surja.
Además, el borrador del oficialismo pretende habilitar al presidente de la convención a votar como un convencional más y a disponer del doble voto en caso de empate. Para la oposición eso es inaceptable.
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