
La fumata blanca, el repique de las campanas y la multitud reunida en la Plaza de San Pedro marcaron este martes uno de los momentos más esperados por el mundo católico: la elección del nuevo Papa. Minutos después, el cardenal Dominique Mamberti, como protodiácono, salió al balcón y pronunció la fórmula tradicional: “Habemus Papam”.
El elegido fue Roberto Francis Prevost, de 69 años, cardenal nacido en Chicago, que adoptó el nombre de León XIV. Así, se convierte en el primer Papa estadounidense de la historia de la Iglesia Católica.
Con el telón de fondo de una plaza colmada de banderas y emoción, León XIV apareció por primera vez ante los fieles, vestido con la sotana blanca, saludando con gestos sobrios pero cálidos. Su rostro transmitía serenidad y compromiso. En su primer mensaje, pronunció palabras breves y claras, llamando a la unidad, la paz y la esperanza.
Prevost sucede al Papa Francisco, a quien considera una referencia pastoral. Su elección se representa posiblemente como una continuidad del papa, con una fuerte impronta latinoamericana: en su juventud, Prevost fue misionero en Perú y desarrolló una intensa labor en comunidades vulnerables.
Hasta hoy se desempeñaba como prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los organismos más influyentes de la Curia Romana, y fue nombrado cardenal por Francisco en 2023.
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