La Costanera Este de Santa Fe se convirtió este domingo en el epicentro de un preocupante fenómeno: un ataque masivo de palometas, que dejó 33 personas heridas en un lapso de apenas cinco horas, según datos aportados por el Sindicato Único de Guardavidas (Sugara). Este alarmante episodio, el primero registrado en la temporada, pone en evidencia el impacto de las altas temperaturas y la pronunciada bajante del río Paraná, que en las últimas dos semanas descendió 1,50 metros, generando condiciones ideales para la aparición de estos peces carnívoros en las zonas de baño.
Un fenómeno impulsado por el calor extremo y la bajante del río
El río Paraná, con su caudal reducido por una bajante sostenida, está alterando los ecosistemas naturales de especies como las palometas. Habitantes habituales de lagunas y aguas más profundas, estos peces han comenzado a desplazarse hacia la costa debido a la falta de hábitat y el aumento de la temperatura del agua. Durante las horas de mayor calor, cuando más de 20.000 santafesinos se acercaron a la Costanera para refrescarse, los cardúmenes de palometas encontraron en la costa un entorno propicio para actuar.
Según Sergio Berardi, representante de Sugara, las palometas se vuelven más activas y agresivas en estas condiciones, atacando principalmente en busca de alimento o al percibir movimiento en el agua. Los ataques del domingo incluyeron tanto a adultos como a menores, y aunque las heridas no suelen ser graves, algunos afectados debieron ser trasladados a centros de salud por la falta de movilidad tras las mordeduras.
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