Recientemente, Bolivia ha registrado la primera aparición en América de la planta parasitaria Orobanche cumana, una amenaza significativa para el cultivo de girasol. Este descubrimiento ha llevado al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) a tomar medidas preventivas inmediatas para evitar su entrada en Argentina. La preocupación se centra en la fácil dispersión de esta maleza, que podría poner en riesgo la producción nacional de girasol si no se implementan las precauciones adecuadas.
Orobanche cumana es una planta parásita que no realiza fotosíntesis y depende completamente de su huésped, en este caso, el girasol. Se adhiere a las raíces de las plantas de girasol y extrae agua y nutrientes, lo que puede detener el crecimiento del cultivo e incluso causarle la muerte. Sus semillas diminutas tienen una alta capacidad de dispersión, pudiendo ser transportadas por el viento, el agua, animales, o incluso adherirse a maquinaria y herramientas. Este comportamiento hace que la plaga sea un riesgo grave para la producción agrícola.
Melisa Nedilskyj, del área de protección vegetal del Senasa, ha señalado que es esencial establecer una red de vigilancia para la detección temprana de Orobanche cumana. Las estrategias de prevención incluyen la cooperación entre el sector público y privado para definir métodos efectivos de monitoreo y control. La principal vía de dispersión es a través de semillas contaminadas y elementos utilizados en la producción de girasol, lo que resalta la importancia de implementar controles estrictos.
La identificación de Orobanche cumana en el campo puede realizarse mediante monitoreo visual. Los expertos sugieren que se busquen estructuras similares a espárragos en la base de las plantas de girasol. En caso de no observar estas formaciones, es recomendable descalzar las plantas y examinar las raíces en busca de infestaciones. Mario De Gracia, especialista del Senasa, enfatiza la importancia de esta técnica para detectar la presencia de la maleza antes de que cause daños significativos.
Durante la campaña 2024/25, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires ha reportado que la siembra de girasol ha avanzado un 5,2% de las 1,85 millones de hectáreas proyectadas. Sin embargo, existe un retraso de 10,6 puntos porcentuales respecto al promedio histórico de siembra. En este contexto, la amenaza de Orobanche cumana podría agravar los desafíos actuales para los productores.
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