El reciente clima frío ha proporcionado un respiro temporal a los productores agrícolas frente a la plaga de la chicharrita del maíz, aunque la preocupación persiste de cara al próximo ciclo agrícola. Desde la Red de Manejo de Plagas de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), se han brindado recomendaciones para entender la dinámica poblacional de esta plaga y establecer estrategias de manejo efectivas.
Un Enemigo Persistente
La chicharrita del maíz causó estragos en el ciclo maicero 2023/24, y los productores han detectado su presencia en otros cultivos, lo que genera dudas sobre su supervivencia y el daño potencial durante la temporada invernal. La pregunta clave es si el trigo puede servir como hospedante de invierno para esta plaga. Según la Red de Manejo de Plagas, en ausencia de maíz, la chicharrita puede migrar a largas distancias, superiores a los 20 kilómetros, o sobrevivir en otras gramíneas como trigo, Panicum, Digitaria, Setaria, Eleusine y Brachiaria.
Supervivencia en Condiciones Adversas
Aunque la plaga no puede completar su ciclo en estas plantas y sufre altas tasas de mortalidad, estos refugios permiten que algunos individuos sobrevivan hasta la próxima siembra, manteniendo el patógeno activo. Las bajas temperaturas en verano afectan la fecundidad y desarrollo de la plaga, pero no ocurre lo mismo en invierno, cuando los adultos están resguardados. La chicharrita puede sobrevivir hasta nueve horas a temperaturas de -5°C. No obstante, el crudo invierno también afecta el desarrollo de los maíces voluntarios, restringiendo así su alimento y reduciendo sus posibilidades de supervivencia.
Estrategias de Manejo
Eduardo Virla, investigador del Conicet, trabajó junto a la Red de Manejo de Plagas para encontrar soluciones y respondió a las inquietudes de los productores sobre el impacto en el sorgo. Virla aclaró que en Argentina, la chicharrita se alimenta y completa su ciclo biológico exclusivamente en el maíz, siendo el único cultivo al que transmite achaparramiento.
Para manejar el achaparramiento del maíz, Virla recomendó articular un conjunto de prácticas dirigidas a reducir las poblaciones del vector y el inóculo del patógeno. Entre las estrategias clave para el barbecho de invierno, destacó el control de los maíces guachos para cortar la fuente de supervivencia de la plaga. Además, la Red de Manejo de Plagas recomendó evitar siembras muy tardías o escalonadas, ya que el vector puede migrar entre cultivos sucesivos que actúan como «puente verde».
Mirando al Futuro
Virla también sugirió establecer ventanas de siembra lo más amplias posible de una campaña a otra, para alargar el periodo libre de maíz y disminuir las probabilidades de supervivencia del insecto. «La expansión y los cambios en el manejo de maíz en los últimos años podrían indicar que el brote de achaparramiento y los altos niveles de D. maidis no sean un problema esporádico, sino un desafío con el que debamos aprender a convivir, apostando más que nunca al manejo integrado de plagas», concluyó.
Congreso Aapresid: Un Espacio para el Debate y la Acción
El manejo del complejo chicharrita-achaparramiento será uno de los grandes temas a abordar en el próximo Congreso Aapresid, que se llevará a cabo del 7 al 9 de agosto en el Predio Ferial de Palermo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, bajo el lema «Todo está conectado». En el evento, expertos como Augusto Casmuz (EEOC), Inés Catalano (UNNOBA), Mauricio Pasini (Intagro) y Fadda Lucas (Inecol) compartirán sus experiencias y estrategias para pasar del drama a la acción en el manejo de esta enfermedad.
El desafío planteado por la chicharrita del maíz requiere de un enfoque integrado y coordinado entre productores, investigadores y entidades agrícolas para mitigar su impacto y asegurar la sostenibilidad de los cultivos en el futuro.
Comentar sobre esta publicación